Sudán atisba entrar en una guerra civil

Sudán ha sido testigo de intensos asesinatos internos desde el 15 de abril, con la masacre de Jartum por la que nadie ha rendido cuentas, acercando a Sudán a una guerra civil en toda regla. En la vecina ciudad de Omdurman, las explosiones mataron el sábado entre 22 y 31 personas, dijeron las fuentes, en uno de los peores ataques contra civiles desde que comenzaron los enfrentamientos entre los generales rivales. El ejército del país ha negado estar detrás del atentado.

El grupo paramilitar Rapid Support Forces (FAR) insistió ayer a Efe en que no tenía intención de retirar sus tropas de Jartum ni de ninguna otra parte de Sudán ante la escalada de violencia en los casi tres meses de conflicto. Los enfrentamientos en la capital continuaron ayer, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que Sudán estaba al borde de una «guerra civil total». Como analizó ayer el representante de Guterres, Farhan Haque, este conflicto amenaza directamente el equilibrio no solo del país, sino de toda la región. Egipto acordó celebrar una cumbre de emergencia el jueves para calmar la situación. Todas las declaraciones y campañas advierten que los conflictos pueden tener raíces profundas y tóxicas, especialmente para los civiles. Debido a la intensa tensión entre el jefe, el general Abdel Fattah Burhan, y su rival, el general Mohamed Hamdan Dagalo, jefe de Desacuerdo, el grupo paramilitar de la mencionada fuerza expedicionaria, Sudán se sumió en el caos.

La rivalidad entre las dos figuras comenzó hace un año y medio, en 2021, cuando los dos formaron una alianza para dar un golpe de estado para derrocar al gobierno de transición respaldado por Occidente. El golpe acabó con las esperanzas de avanzar hacia el modelo democrático deseado por el pueblo que se rebeló contra el dictador Omar al-Bashir en abril de 2019. Las calles de Jartum y otras ciudades se han llenado de voces sudanesas durante semanas. Todos se convirtieron en campos de batalla. El ministro de Salud, Haitham Mohammad Ibrahim, comentó recientemente que la escalada de violencia ha matado a más de 3.000 personas y herido al menos el doble desde mediados de abril. Sin embargo, el número de muertos es muy superior a la cifra oficial, con más de 11.000 heridos, según cifras recopiladas por la Organización Mundial de la Salud. Casi 3 millones de personas (de una población de 45 millones) han dejado sus hogares para buscar refugio en zonas más seguras del país.

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