Banda dedicada al paseo millonario tiene azotado el norte de Bogotá

A medida que se acerca el final de año, miles de empresas deciden organizar eventos y celebraciones de fin de año con sus empleados. Algunos deciden dirigirse a lugares clave de Bogotá, como la famosa Zona T, donde se ofrecen opciones de socialización y entretenimiento a diestra y siniestra hasta altas horas de la noche y hasta altas horas de la madrugada.
Sin embargo, las festividades pueden verse empañadas porque los delincuentes mantienen los ojos abiertos para ver a su próxima víctima. Esto le pudo haber sucedido a un ingeniero de sistemas que fue víctima de un intento de robo en la capital colombiana luego de tomar un taxi la madrugada del viernes 15 de diciembre.
Según detalles del testimonio de Francisco Javier Díaz, víctima del intento de robo, que fueron publicados por El Tiempo, el profesional logró escapar de sus agresores empujando a uno de ellos y evitó un posible incidente del “paseo del millonario”. , un método delictivo común en el norte de la ciudad, especialmente cuando los negocios de la ciudad se ofrecen para celebrar la llegada de la Navidad.
Sin embargo, según las autoridades, la denuncia involucrará a una banda de presuntos delincuentes dedicados a este temido tipo de robo que retomarán sus actividades en esta época del año.
Según la historia publicada en el medio antes mencionado, la reacción del ingeniero fue la clave para su seguridad y preservación de la vida. El hecho ocurrió en el sector Los Héroes, en el cruce de las calles Caracas y 89, aproximadamente a la 01:40 horas, luego de que el hombre y sus compañeros abandonaran su lugar de vacaciones en la Zona T.
La situación se volvió sospechosa para Díaz cuando notó la música alta y los vidrios oscuros del taxi Fiat, detalles que lo hicieron permanecer alerta. Ya al ​​iniciar el viaje, rumbo a la avenida Caracas, se produjo un hecho crítico cuando el taxista detuvo bruscamente el vehículo y dos personas que se bajaron del auto rojo que seguía al taxi intentaron subir a él.
“Yo estaba parado muy cerca de la puerta porque ya había leído varias historias sobre millonarios caminando. Gracias a Dios no tomé alcohol (…) Por los espejos retrovisores vi a dos tipos bajarse del auto rojo que nos perseguía y acercarse rápidamente al taxi”.