Las escuelas de no-violencia, como Medellín busca un futuro con reparación e integración social

Las escuelas de no-violencia, como Medellín busca un futuro con reparación e integración social

Las Escuelas de la No-Violencia son un proceso que busca transformar la vida de niños, niñas, jóvenes y adolescentes formándolos a través del arte y la cultura para construir la paz en sus territorios, además de mostrarles formas de resistencia y humanización de conflictos ante la violencia.

Los principales aliados para poder llevar esta oferta a diferentes comunas y corregimientos de nuestra ciudad son las organizaciones sociales que en cada territorio trabajan por hacer memoria, buscar la verdad, y ser símbolos de resiliencia y resistencia frente a la violencia con arte y cultura para transformar realidades.

Ana María Hoyos de 24 años, es formadora de las Escuelas de la No-Violencia y hace parte de la Corporación Robledo Venga Parchemos, organización que lleva un buen tiempo desarrollando procesos en pro de la construcción de la paz y la memoria a partir del arte. Entre los procesos que llevan a cabo en la corporación está el semillero de acrobacia aérea en telas, en el cual Ana es una de las dinamizadoras mediante procesos de teatro y circo, y con lo cual también se vinculan a las Escuelas de la No-Violencia, relacionando estas actividades artísticas con la tramitación y humanización de conflictos para la construcción de paz.

‘‘En el 2015 nos constituimos como corporación y esta nace a partir de la juntanza en el territorio de jóvenes artistas que se conocieron en otros espacios de la ciudad y por las dinámicas tan complejas y violentas del territorio no se juntaban en su mismo barrio y vieron en ‘Robledo Venga Parchemos’ la posibilidad de escudarse, de ser reconocidos y validados desde otras miradas; y así encontraron una nueva manera de habitar el espacio público llenándolo de arte”, afirma Ana.

En la Corporación empezaron con espacios culturales y a partir de esto surgieron dos eventos que son los más representativos. El primer evento más emblemático de todos es una Lunada Artística y Cultural, el cual gira alrededor de sentarse en un parque a compartir un chocolate, a hacer música, es decir, a hacer una toma cultural, la cual poco a poco fue evolucionando y se convirtió en una marcha cultural por el barrio.

Ana María cuenta cómo han ido evolucionando en su propuesta. ‘‘Poco a poco ‘La Lunada’ se transformó hasta llegar al teatro al aire libre del parque La Batea que es donde actualmente se hace. Este era antes un lugar de consumo y de peleas, y ‘La Lunada’ llegó a resignificar este espacio para llenarlo de expresiones artísticas’’.

El segundo evento es el Circo al Puente, el cual nace de la intensión de realizar la muestra artística del semillero de acrobacia aérea. ‘’Este proceso comenzó en el Puente que queda entre Robledo Aures y Villa Sofía, que anteriormente era frontera invisible y lo convertimos en un espacio donde podíamos practicar la acrobacia aérea. Así comenzamos a habitar otro espacio que también era violento para también llenarlo de arte y resignificarlo’’.