Trabajadores de Rappi se unen para crear sindicato en Bogotá

Trabajadores de Rappi se unen para crear sindicato en Bogotá

La «familia» de repartidores para la app de delivery (Rappi) logró unir fuerzas en Bogotá a mediados de 2022 por mejores condiciones laborales; Solo esta semana, estos inmigrantes en su mayoría venezolanos señalaron que los manipuladores independientes están obteniendo el doble de ganancias.

Pero Rappi se ha defendido, señalando que las trabajadoras del hogar que usan la aplicación representan más del 70 por ciento de los ingresos de los trabajadores colombianos. Es precisamente por el flujo de inmigrantes de Venezuela a Colombia y sus grandes ciudades que los bajos salarios, al menos en esta app, se asocian con mano de obra barata en la industria.

Un representante de Rappi confirmó que debido a las exigencias laborales provocadas por la pandemia del coronavirus, la empresa está haciendo “lo que le da la gana” con las familias. Es precisamente a causa del Covid-19 que la empresa ha crecido significativamente, pues la demanda de sus servicios ha crecido exponencialmente en unos dos años debido a las estrictas restricciones.

Natalia Ramírez, experta en derecho laboral consultada por Semana y profesora de la Universidad de los Andes, dice: «Hay una ventaja: es difícil o imposible que los trabajadores migrantes encuentren un lugar en la economía formal porque hay muy pocos trabajadores formales». trabajos en Colombia. Rappi, por su parte, señala que son importantes impulsores de empleo en Bogotá y las principales ciudades colombianas al brindar servicios, ya que solo el 14% de los hogares tendría trabajo si no existieran estas tecnologías digitales.

Citando las últimas cifras de Fedesarrollo, Rappi decidió que «el 44% [de los repartidores] estarían desempleados sin ellos». Además, la empresa de Rappi mencionó que la residencia y su representante le dijeron a Semana que el salario era muy bajo considerando que ganaban menos de $1 la hora. kilómetros recorridos.

También señalan que Rappi, líder del mercado, no tiene ningún tipo de contrato con la plataforma distribuida, al igual que otras plataformas como el servicio de transporte público personal que opera en Bogotá, a las que llaman “socios”. Luz Miriam, ama de casa de 57 años, dijo a los medios que las condiciones laborales habían empeorado porque «una persona tenía 1,3 millones o 140.000 pesos diarios, no se preocupen». Señaló que ahora el esfuerzo es mayor y la paga es menor, que es una de las razones por las que se organizaron. Una de las distribuidoras necesitaba algún tipo de seguro médico porque muchas de ellas sufrieron accidentes durante el parto y no recibieron beneficios médicos o de discapacidad que les permitieran recibir el salario mínimo por los días que no pudieron trabajar debido a lesiones o daños.

Cabe señalar que entre los que promueven la regulación de Rappi y otras plataformas “no van a seguir abusando de sus trabajadores”, el senador liberal Mauricio Gómez Amín ha pedido al presidente Gustavo Petro que intervenga legislativamente con notificaciones de emergencia y las ponga. «cintura»».

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